Mejora la respiración.
Refuerza el sistema inmunológico.
Aumenta la flexibilidad.
Mejora el equilibrio.
Fortalece músculos y huesos.
Equilibra el Sistema Nervioso.
Basta dedicar diez minutos al día antes de acostarnos para que mejoren nuestros hábitos de sueño. Además, a medida que practiquemos durante más tiempo, alcanzaremos un profundo estado de bienestar y empezaremos a notar los beneficios que nos servirán de estímulo para seguir avanzando.