La exfoliación renueva las capas de la piel, actúa sobre la dermis y la epidermis para equilibrar la hidratación, controlar la producción de sebo y limpiar la piel en profundidad. Así, se consigue un efecto de piel tersa y suave.
Reducción de las arrugas finas alrededor de los ojos y la boca.
Tratamiento de las arrugas producidas por el sol, la edad y las adquiridas por la herencia.
Mejora del aspecto de las cicatrices pequeñas.
Mejora algunos tipos de acné.
Disminuye las manchas propias de la edad, del embarazo, de la toma de anticonceptivos y las pecas.
Mejora el aspecto y textura de la piel.